En tiempos de inteligencia artificial y acceso inmediato a la información, una palabra cobra protagonismo en las aulas, en los medios y en la producción académica: Plagio.
Copiar ya no es tan fácil como antes, y tampoco pasa desapercibido. La tecnología también vigila, compara y detecta. Hoy te presentamos dos herramientas cada vez más utilizadas en entornos educativos. ISGEN y DECOPI.
ISGEN, conocido formalmente como Sistema de Detección de Plagio ISGEN. Esta herramienta analiza textos comparándolos con múltiples fuentes digitales, académicas y bibliográficas. Su ventaja está en el enfoque pedagógico. No solo señala coincidencias, sino que permite al docente acompañar al estudiante en la comprensión del error y en la mejora de su redacción. Es, más que un sensor, un mentor digital. DECOPI. Su uso se ha extendido en universidades por su eficiencia para analizar documentos en español, incluso cuando el texto ha sido parafraseado. A través de algoritmos de coincidencia semántica y análisis lingüístico, DECOPI permite detectar plagios disfrazados de originalidad. Y eso, en estos días, no es poca cosa.
ISGEN y DECOPI nos recuerdan que escribir bien no es solo evitar copiar. Es crear, investigar, transformar las ideas propias y ajenas con ética, con voz y con responsabilidad. Porque detrás de cada texto debería haber algo más que palabras. Debe haber verdad. Emita esta serie radial en su emisora.
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