Las radios indígenas son en la mayoría de los casos voces ocultas y de resistencia frente a la imposición de una “civilización” que pretende masificarlas. Estas emisoras han hecho el curso de la resistencia, se niegan a borrar su cultura, luchan contra monopolios del dial y sueñan con mantener la identidad de la comunidad en la que desarrollan sus espacios comunicacionales.
Bolivia es el único país que en términos de ley nombra a estas emisoras y
lo hace bajo la denominación de radios indigenistas, las demás frecuencias en
la región se arropan bajo la denominación de radios comunitarias y en ese
sentido la visibilización con nombre propio aún no les es posible. Vea los 30 videos en los que se describen realidades de estas frecuencias en Guatemala y su grupo Maya, México, Argentina y comunidades mapuches
en Chile.
Matías Melillan, representante de los pueblos originarios en el Consejo General de Comunicación Audiovisual de Argentina, uno de los organismos de la Autoridad Federal de Comunicaciones conversó con nosotros para ustedes.
A una radio indígena la identifica la defensa de sus raíces, la conservación de su lengua original, la retoma de sus costumbres, la búsqueda de acuerdos para la convivencia y desde el dial escuchan sus propias voces mientras sus mujeres tejen, hacen pan o cocinan. Las palabras que se escuchan en estas emisoras se parecen a las palabras que desde el éter pronuncian, pues están en el contexto de su propia y particular cosmovisión. El sentido espiritual y respeto por la cultura es quizá lo más valioso que tiene un pueblo y las emisoras aquí citadas conservan ese tesoro, sostienen esa marca ancestral.
Las experiencias de radios indígenas sufren en sus inicios por sostenerse en el dial, la formación de los radialistas y su programación también está llena de necesidades, esa situación también es parte de su realidad.
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