En un mundo que evoluciona a cada segundo, la radio, ese medio cálido, inmediato y profundamente humano, no se queda atrás. Hoy, la inteligencia artificial no solo edita, programa o sugiere contenidos. Va más allá, abre puertas, acorta distancias, hace visible lo que antes quedaba en la sombra del silencio. Estamos frente a una oportunidad histórica, una radio más accesible, más inclusiva, más humana.
¿Te imaginas una radio que transcriba en tiempo real cada
palabra que dices? Para las personas sordas o con dificultades auditivas, esto ya
no es un sueño, es realidad. La herramienta Whisper, desarrollada por OpenAI,
permite transcripciones automáticas y precisas en varios idiomas. Por su parte,
DeepGram, entrenada con millones de horas de voz, permite integrar subtítulos
en transmisiones en vivo, algo que ya aplican medios como la NPR en Estados
Unidos para expandir el acceso a sus contenidos.
En América Latina, donde la diversidad lingüística es una
riqueza que muchas veces los medios ignoran, la IA también está abriendo
caminos. En Bolivia, comunidades aimaras están trabajando junto a
desarrolladores locales para entrenar modelos de traducción automática que
permitan emitir boletines informativos en aimara, quechua y guaraní, permitir
que una persona sorda pueda leer la radio desde su celular, su computadora o en
pantallas públicas.
Inclusión no es caridad, es justicia sonora, y la IA, bien utilizada, puede ser una aliada estratégica para que nadie quede fuera del relato. Una radio inclusiva no se construye solo con algoritmos, se construye con decisiones editoriales.
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