¿Recuerdas a las telefonistas que conectaban llamadas con cables o a quienes revelaban fotos en los estudios de barrio? ¿Y los cobradores de peaje? Todos esos empleos ya casi no existen. Han sido reemplazados por máquinas, aplicaciones o inteligencia artificial. Y ahora, muchos se preguntan, ¿me va a reemplazar un robot? Desde 2020, la transformación ha sido vertiginosa.
Se han automatizado tareas en fábricas, bancos, supermercados. Y han surgido nuevos empleos que hace una década ni imaginábamos. Desarrolladores de inteligencia artificial, analistas de datos, diseñadores de experiencias digitales, especialistas en ciberseguridad. Y sí, entrenadores de robots
Según el Foro Económico Mundial, para 2027 se perderán 83 millones de empleos, pero surgirán 69 millones nuevos. El problema no es que falte trabajo, sino que está cambiando más rápido que nunca. El futuro del trabajo no está escrito en código binario. Depende de cómo nos adaptemos. Aprendamos y reimaginemos nuestras habilidades.
Las empresas deberán ser más humanas y los empleos más creativos, colaborativos y éticos.
No se trata solo de tecnología. Se trata de ponerla al servicio de la dignidad. Porque los robots pueden hacer muchas cosas, pero aún no saben soñar.
Esta fue una mirada al futuro del trabajo, donde lo que nunca debe faltar es el factor humano.
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